Las personas solo
aprendemos de lo que hacemos, es decir, de las acciones que realizamos y no de
la teoría, por ejemplo, una persona que se compra un móvil, lo primero que se
va a poner hacer es a manejarlo y a tocar a todos los botones y no se va a
poner a leerse las instrucciones, porque eso no le va a servir para nada,
porque son aburridas y al terminarse de leer el libro va a seguir sin saber
como usarlo. Esto pasa con todo, también con la educación aunque no se aplique.
La escuela debería
coger y plantearse este problema, porque al igual que en el ejemplo, el niño
que esta en la escuela estudiando al finalizar el curso no se acuerda de lo que
dio al principio, y si ya nos esperamos al año siguiente al comenzar no se
acordara de casi nada de lo que dio en el curso anterior. Esto no ocurriría en el
caso del móvil, que aunque el niño no haya estado en contacto con él durante
todo el verano, al comenzar el curso el niño todavía sabría usar lo sin ningún
problema.
Esto es un problema
que esta pasando en las escuelas hoy día, y que nos debe llevar a replantear el
sistema educativo, y que en vez de plantear las clases como algo teórico
hacerlo como algo practico. Donde el niño no pierda interés por aprender, y además
que lo que los docentes enseñen les sea útil a los alumn@s, y no lo olviden
cuando al mediodía se vayan a casa a comer.
Este problema nos
quiere mostrar que la escuela se tiene que modernizar, y no solo con implantar
tecnologías en todas las aulas, sino en la forma de dar la clase. Porque no se
puede seguir dando clase como se la daban a nuestros abuelos, en una sociedad
que avanza muy rápido, donde los niños están acostumbrados fuera del colegio a
aprender por ellos mismos, mediante la investigación en asuntos que a ellos les
interesan. Esto lo podemos aplicar en la escuela pero con unas pautas que debe
de dar el profes@r. Porque la escuela no puede tener el control absoluto de lo
que sus alumn@s aprenden, pero si puede ayudarlos.